sábado, 19 de mayo de 2007

¡POBRE PAIS!

La misión de pobreza, después dos años de investigación, llegó a una conclusión aterradora: el crecimiento económico en Colombia va en contra de los pobres ¿Qué va a hacer el gobierno para disminuir la preocupante desigualdad social?
A los 31 años, el sueño de Nelly Avilez es construir una casita de cemento para vivir con sus seis hijos y su esposo Willington. Desde hace cuatro años, cuando salieron desplazados de su finquita en Ataco (Tolima), no han vuelto a dormir decentemente. Tras vivir en Neiva, prácticamente como mendigos, decidieron echar raíces en Sitio Nuevo, un pequeño pueblo en la costa, a orillas del Magdalena, de donde salió Willington a buscar fortuna 15 años atrás. Llegaron a un lote en el 12 de octubre, una invasión sin acueducto ni alcantarillado, donde el barro se entra a la sala y al cuarto. Allí duermen los seis: Heidi Yesenia, Yurani, Yamile, Willington, Edison y Argenio. Entre la hija mayor, que tiene 9 años, y el menor, se llevan seis años largos.
En medio de tanta pobreza han tenido suerte. Su suegro les regaló el lote, y su esposo cultiva guayaba y limón. Y cuando no hay para comer, Nelly sale a rebuscarse 15.000 ó 20.000 pesos lavando ropa. "Yo no dejo aguantar hambre a mis hijos", dice esta mujer que estrenó cédula el año pasado para acceder a un programa de subsidios del Estado.
Han logrado aliviar algunos vacíos de la pobreza, pero no tienen muchas razones para ser optimistas. Ni siquiera entienden por qué su panorama sigue siendo oscuro, si trabajan duro para mejorar sus condiciones.
Muchos hasta piensan que son pobres por voluntad divina. Pero no. Tras un par de años de trabajo, la Misión contra la Pobreza, un grupo conformado por el gobierno junto con expertos de Planeación Nacional, varias universidades, consultores internacionales y ONG, encontró las razones para que tanta gente esté estancada. Y el hallazgo no podía ser más dramático: aun en un ambiente de permanente crecimiento económico, hay condiciones sociales, económicas y políticas que impiden a 22 millones de colombianos (quienes están en la línea de pobreza) mejorar sus condiciones de vida. Por eso, el Producto Interno Bruto podrá aumentar 6 por ciento este año, pero esa no será una buena noticia para los pobres, pues antes que abrirles nuevas oportunidades, aumentará sus dificultades.
¿Cómo se puede dar esa paradoja? Según Jairo Núñez, coordinador de la Misión, esto pasa porque la mayoría de recursos fue utilizada por las personas que habían tenido mejor capacitación y acceso a la educación universitaria, que en su inmensa mayoría no son pobres. Y lo más paradójico es que buena parte de las ayudas del gobierno en salud, pensiones y educación va a parar a las personas de los estratos más altos de la población.
SEMANA.COM

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